jueves, 5 de enero de 2012

Las acciones

Es el producto clásico de la bolsa. Comprando acciones se compra una porción de la empresa y casi siempre se cobra dividendos por tenerlas, que pueden considerarse la repartición de una parte del beneficio. Si se quiere recuperar el dinero invertido porque ya no se confía en la empresa o se necesita para otros menesteres se han de vender las acciones al precio que esté en el mercado.

Lo explicado hasta aquí sería el funcionamiento lógico que tendrían que tener las bolsas: hay empresas que necesitan dinero y prefieren no pedir créditos a los bancos ya que entonces lo tienen que devolver, por otro lado hay inversores que lo tienen y desean conseguir beneficios; los dos se encuentran y hay una cesión monetaria a cambio de participar en las ganancias. La economía del país crece y todos están contentos... 

Pero el cuento no es tan bonito. Aparece el malo llamado especulador que no desea que la empresa a la que ha prestado su dinero obtenga beneficios, solo quiere ganar él sin miramientos.

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